Iglesia de San Millán ¿ejemplo o contraejemplo?

Por ABEL HERRERO

La iglesia de San Millán representa una problemática actual en la ciudad de Segovia. Atesorar un magnífico patrimonio cultural, arquitectónico y natural implica compatibilizar su conservación, no solo desde la intención, si no desde los hechos, con actuaciones reales.

Tomando como punto de partida la definición original de su autor, Mario Quevedo, en su blog (https://cantabricus.org) podríamos decir que la conservación sonriente (1) es el conjunto de acciones de conservación que evitan entrar en conflicto con los grupos de presión más molestos de la zona. Podríamos ampliarlo en dos aspectos, uno referido no tanto a los grupos como a las acciones más frecuentes en una zona concreta, en este caso, acciones que tienen que ver con la restauración y rehabilitación del patrimonio arquitectónico y cultural, y otro que podríamos denominar como legislación sonriente, que sería toda la batería de legislación desarrollada en el marco de la citada conservación sonriente, firma de convenios, adscripción a tratados… que tratan de no aplicarse para evitar las molestias con esos grupos o acciones de presión. Ejemplos de esto último lo encontramos en la propia Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, con su modificación por la Ley 33/2015, y más concreto, en el caso de la ciudad de Segovia, como ciudad patrimonio de la humanidad, en su firma de convenios para potenciar los valores naturales con SEO/Birdlife (2), su pertenencia a la Red de Gobiernos Locales por la Biodiversidad (3) o, como último ejemplo y relacionado con la parte no viva del patrimonio natural, la reciente aprobación de una moción para tomar medidas de fomento e impulso del geoturismo y de protección y puesta en valor del patrimonio geológico en la ciudad de Segovia (4). Dicho todo esto, tenemos establecido el punto de partida para abordar el ejemplo que nos ocupa, que es la magnífica Iglesia de San Millán de Segovia.

Ante la necesidad de acometer medidas de rehabilitación, se inició un proyecto de actuación en la cubierta cuyo promotor es la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. Actuación que se está desarrollando con una temporalización totalmente inoportuna si atendemos a la fenología de las aves que sitúan sus colonias de cría precisamente en la cubierta de este monumento arquitectónico, contradiciendo toda esa conservación sonriente, con su legislación sonriente incluida, citada anteriormente. Los siguientes artículos aparecieron en prensa para hacerse eco de esta situación:

"La Fiscalía recibe información de la destrucción de nidos en San Millán" (08/07/2017, El Adelantado de Segovia; http://www.eladelantado.com/noticia/local/242101/la_fiscalia_recibe_informacion_de_la_destruccion_de_nidos_en_san_millan)

Cabría preguntarnos, ¿es posible compatibilizar la conservación del patrimonio arquitectónico y cultural con el patrimonio natural de la ciudad de Segovia? Y desde luego, no hay duda en la respuesta, SÍ, y se puede afirmar de forma contundente. Significa el compromiso para dar el paso desde una conservación sonriente (pensemos en todo tipo de valores) a una conservación real. Pero un poco más lejos, en la misma ciudad existen ejemplos, véanse las actuaciones en el Alcázar de Segovia (5), en la muralla en sus distintos tramos en los que se ha actuado (6, 7, 8), en la iglesia de la Trinidad (9), teatro Juan Bravo (10)…

Las obras continúan y, aunque el daño a la colonia de aves ya se ha realizado, se está a tiempo de actuar para permitir que en años venideros la colonia se mantenga y las aves puedan desarrollar su ciclo de forma oportuna, se conoce la problemática de estas aves (11) y se conocen medidas de actuación que minimicen los impactos permitiendo la conservación y fomento de la biodiversidad. ¿Qué falta por tanto? Únicamente es necesario el compromiso de las administraciones involucradas para dar el paso hacia una conservación real.

La iglesia de San Millán representa una problemática actual en la ciudad de Segovia. Atesorar un magnífico patrimonio cultural, arquitectónico y natural implica compatibilizar su conservación, no solo desde la intención, si no desde los hechos, con actuaciones reales. Resulta esencial en este sentido pasar de la legislación existente, donde en gran medida ya se recogen estas necesidades, a su desarrollo real, trabajando con todos los agentes involucrados. Esperemos que la iglesia de San Millán no se convierta en el mejor ejemplo de conservación sonriente en Segovia.

Referencias: